La halitosis

la halitosisLa halitosis es un signo clínico caracterizado por el mal aliento u olor bucal desagradable. Generalmente está provocada por bacterias sea en forma de mal aliento ocasional sentida por todo adulto sano al levantarse por la mañana después de varias horas de sueño (cuando las estructuras de la boca han estado en reposo y la producción de saliva ha sido muy escasa), o sea en forma de problemas más serios o graves, desde trastornos metabólicos hasta tumores pulmonares.

Aunque la expresión “mal aliento” es la más comúnmente usada, el término médico que define un aliento desagradable es halitosis. El término surgió por la primera vez en 1921, en un rótulo de un enjuague oral americano. Se estima que hasta cerca del 30% de la población mundial padece con frecuencia este problema, que se presenta sin mostrar predilección por el sexo, edad ni clase socioeconómica.

En los Estados Unidos, es el tercer motivo de consulta más frecuente en el dentista (después de la caries dental y de la enfermedad periodontal). Aunque el término médico halitosis sea relativamente reciente, es una de las patologías más antiguas y problemáticas con impacto en la coexistencia social.

Las causas de la halitosis pueden ser múltiples, desde escasa higiene bucal, hasta enfermedades tan graves como el cáncer de pulmón pasando por la gastritis crónica, aunque la gran mayoría tienen su origen en la propia boca.

Causas

El mal olor de la boca se produce por descomposición bacteriana de restos de alimentos entre los dientes, de saliva, de células de la mucosa oral o de sangre, que producen sustancias volátiles como ácidos grasos simples como el ácido butíricoácido propiónicoácido valérico y componentes de sulfurados derivados de las proteínas como la putrescina y cadaverina. Debido a esta producción de sustancias, más del 85-90% de las halitosis tienen su origen en la cavidad oral y cuando no existe patología, suele ser por higiene bucal escasa.

Del mismo modo que sucede con otras enfermedades “vergonzosas”, en la mayoría de los casos se oye hablar sobre el mal aliento cuando es un tema jocoso de bromas y escarnio. Se ha demostrado que el hecho de que una persona se sienta insegura en relación a su propio aliento, suele resultar en serios prejuicios psicosociales. Alrededor del 20% de los pacientes que han acudido a la consulta nunca fueron informados o nunca preguntaron a las personas más cercanas sobre la existencia de la halitosis.

Esta falta de información se da por el miedo de una respuesta afirmativa o el temor de ser juzgado (todavía se asocia el mal aliento a la mala higiene). Por otro lado, aquellos que conviven con una persona que padece halitosis se caracterizan por un gran pudor sobre este tema, y difícilmente le advierten sobre el problema.

Las causas extraorales (aparato respiratorio, tubo digestivo, sistémico) son responsables de alrededor del 17% de los casos diagnosticados. Estas causas son de diagnóstico más complejo y requieren generalmente una tecnología más avanzada, siendo más perceptibles de detectar en una consulta especializada de halitosis.

Las patologías y las condiciones clínicas relacionadas con la producción de compuestos volátiles pueden tener relación con una variedad de especialidades médicas, tales como Estomatología, Otorrinolaringología, Gastroenterología, Neumología, Medicina Interna, Endocrinología, Nefrología, Neurología y Psiquiatría.

En las siguientes líneas se presentan algunas de las patologías/factores predisponentes más asociados con la halitosis.

Boca

Mala higiene; saburra lingual; enfermedades periodontales; hiposalivación y/o xerostomía; noma; caries muy extensas; abscesos; alveolitis seca; pericoronaritis; retenciones alimentarias interdentales; sangrado gingival; exposición pulpar; restauraciones desbordantes; estomatitis; heridas quirúrgicas; candidiasis; prótesis porosas; piercings linguales; quiste dentígero; miasis; histiocitosis; escorbuto; leucemia; neoplasias.

Aparato respiratorio

Rinosinusitis; respiración bucal; obstrucción nasal; rinorrea posterior; desviación del septo nasal; adenoiditis; amigdalitis; amigdalitis caseosa; presencia de cuerpo extraño; ocena; abscesos nasofaríngeo y retrofaríngeo, carcinomas de laringe; bronquitis; bronquiectasias; neumonías; abscesos pulmonares; carcinomas de pulmón.

Tubo digestivo

Divertículo faríngeoesofágico o de Zenker; reflujo gastroesofágico; neoplasias, gastritis; úlceras; presencia de Helicobacter pylori; hernia de hiato, vómitos, presencia de cuerpo extraño en la faringe, eructaciones, enfermedad inflamatoria intestinal.

Sistémico, nutrición y hábitos

Alimentos odorantes (ajo y otros); tabaco; medicamentos odorantes; deshidratación; estados febriles; absorción por la piel o mucosas; hipoglicemia (ayuno prolongado; dietas pobres en carbohidratos); alteraciones intestinales, hepáticas y renales varias; diabetes; trimetilaminuria.

Psicológico y neurológico

Halitofobia; estrés; disgeusia; síndrome de referencia olfativa.

Tratamiento

En clínica se observa frecuentemente que una de las causas más comunes de halitosis es la gastritis crónica. El tratamiento correspondiente alivia o cura este síntoma. El tratamiento de la halitosis, no resultante de otras enfermedades anteriormente mencionadas, tiene distintas posibilidades:

Evitar el tabaco, alcohol, café y alimentos de intenso sabor u olor como el ajo, que potencian la halitosis.

Ingesta abundante de agua: se recomienda beber entre uno y dos litros de agua al día para favorecer la producción de saliva.

Cepillado dental, como mínimo tres veces al día o después de cada comida principal y sobre todo nunca olvidar antes de ir a dormir por la noche. El cepillado de los dientes debe realizarse en todas sus caras y también debe incluir el dorso de la lengua. Se recomienda un cepillo dental suave si sangran las encías.

Colutorios bucales (especialmente los que contienen agentes antisépticos) tras el cepillado o entre cepillados. Su eficacia es transitoria y no debería sustituir al cepillado dental sino complementarlo.

Uso de seda dental: para eliminar los restos de comida incrustados entre los dientes. Debe realizar después de las comidas y antes del cepillado dental.

Masticar chicle sin azúcar: es otro remedio contra la halitosis entre las comidas o entre cepillados de dientes, debido a que se aumenta la producción de saliva pero tampoco debe sustituir al cepillado dental. Los chicles con Xilitol, además, tienen un efecto bacteriostático debido a la neutralización de los ácidos y evitan la formación de placa dental.

Acudir a un odontólogo que explore la cavidad oral, todas las piezas dentarias y las encías. Es posible que aconseje una tartrectomía para eliminar el sarro y la placa bacteriana y trate las piezas dentales con caries o extraiga las piezas en muy mal estado.

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